Oh Muerte tan sagrada, has que siempre triunfe en el mundo por los dolores que das al sentir tu emanación, cuando tus miembros bien fríos son principio de emoción.
Oh Muerte celestial, haz que siempre triunfe en el mundo.
Oh Muerte celestial, haz que siempre triunfe en ti mundo.
Oh Muerte celestial, calmando ya mi quebranto, haz
unirme sólo a ese ser a quien yo amaba tanto.
Oh Muerte celestial, haz que siempre triunfe en el mundo;
será un placer orgulloso y primordial unirme, más que sólo
su querer; oh Muerte tan sagrada, haz que siempre triunfe
en el mundo. Por nuestro señor Jesucristo. Amén.
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